lunes, 3 de febrero de 2025

Los 5 mejores discos de metal de los años ’90.


Por Vanesa Lagraña

Tras el reinado del thrash y el heavy metal en los ‘80, la década del ‘90 llevó al género por caminos inexplorados, expandiendo sus fronteras y adaptándose a un panorama musical en constante cambio.

Con la irrupción del grunge y el auge de las corrientes alternativas, el metal no solo resistió, sino que evolucionó, consolidando su identidad y explorando nuevas dimensiones sonoras.

Esta transformación se vio impulsada por avances tecnológicos en la producción musical, que permitieron a las bandas experimentar con texturas más complejas y sonidos más pulidos. Al mismo tiempo, las letras adquirieron una profundidad inédita, abordando temáticas más oscuras, introspectivas y existenciales, reflejando la incertidumbre de una generación que se acercaba al cambio de milenio.

Los ‘90 fueron también testigos de la revitalización de bandas icónicas que habían dominado la escena en la década anterior, así como del surgimiento de nuevas propuestas que redefinieron el género. El thrash y el heavy metal encontraron nuevos matices, mientras que subgéneros como el groove metal y el death metal alcanzaron su punto de ebullición, dando lugar a una era de reinvención sin precedentes.

A continuación, presentamos los 5 mejores discos de metal de los años ‘90, verdaderas joyas que marcaron un antes y un después en la historia del género.


Megadeth – Rust In Peace

Con riffs intrincados y una ejecución impecable, Rust In Peace no solo es uno de los mejores discos de Megadeth, sino una obra maestra del thrash metal. La dupla explosiva de Dave Mustaine y Marty Friedman llevó la complejidad técnica a otro nivel, fusionando precisión quirúrgica con una agresividad arrolladora. Temas como "Holy Wars… The Punishment Due" y "Hangar 18" se convirtieron en himnos atemporales, demostrando que la velocidad y la virtuosidad pueden ir de la mano sin perder un ápice de potencia. Un disco esencial que redefinió el género y dejó una huella imborrable en la historia del metal.


Judas Priest – Painkiller

Más que un álbum, Painkiller fue un renacimiento para Judas Priest y un punto de inflexión en el heavy metal. Con una producción impecable y una energía arrolladora, la banda llevó su sonido al extremo, combinando velocidad, ferocidad y técnica en un mismo golpe demoledor. La batería atronadora de Scott Travis, los solos vertiginosos de Glenn Tipton y K.K. Downing, y la icónica voz de Rob Halford —aguda, feroz e imparable— dieron vida a himnos inmortales como “Painkiller” y “A Touch of Evil”. Un disco que no solo consolidó a Judas Priest como leyendas, sino que elevó el heavy metal a nuevas alturas.


Iron Maiden – No Prayer for the Dying

Aunque no goza del mismo reconocimiento que sus clásicos de los ‘80, No Prayer for the Dying marcó una etapa de transición para Iron Maiden, apostando por un sonido más crudo y directo. Con la salida de Adrian Smith y la llegada de Janick Gers, la banda se alejó de las complejas epopeyas progresivas para abrazar una estética más agresiva y terrenal. Canciones como “Tailgunner” y “Bring Your Daughter… to the Slaughter” demostraron que, incluso en la reinvención, Maiden nunca perdió su esencia. Un álbum que, si bien generó divisiones entre los fans, sigue siendo un testimonio de la versatilidad y persistencia de la Doncella de Hierro.


Sepultura – Arise

Con Arise, Sepultura no solo consolidó su lugar en la élite del metal extremo, sino que rompió barreras geográficas y culturales, llevando el death/thrash metal brasileño al escenario global. Este cuarto álbum es una descarga de riffs abrasivos, percusión tribal y letras apocalípticas que reflejan un mundo al borde del colapso. Himnos como “Dead Embryonic Cells” y “Arise” son testimonio del poder de la banda para fusionar brutalidad con complejidad, manteniendo una identidad única dentro del género. Un disco implacable que sigue siendo una referencia obligada en la historia del metal.


Pantera – Cowboys from Hell

Con Cowboys from Hell, Pantera no solo redefinió su sonido, sino que marcó el nacimiento del groove metal, inyectando al género una dosis letal de potencia y actitud. Desde los demoledores riffs de Dimebag Darrell hasta la voz punzante y agresiva de Phil Anselmo, el álbum destila una energía cruda y revolucionaria. Temas como “Cemetery Gates” y “Cowboys from Hell” se convirtieron en himnos de una nueva era, cimentando a Pantera como una de las bandas más influyentes de la década. Un disco imprescindible que cambió las reglas del metal para siempre


Fuente: https://cuerdasdelinfierno.blogspot.com/

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